lunes, 14 de abril de 2008

Ese oscuro objeto del deseo

Kim (l’infant terrible), haciendo honor a su apelativo, ha publicado sin rodeos, a boca jarro, los tiempos de la última marcha. En seis o siete líneas ha sintetizado las 30 horas largas de sangre, sudor, y lágrimas, ufemísticamente hablando, de los routieres implicados en la epopeya. Y no es criticable.
Escarmentado por el poco eco que tuvo en el blog la primera actuación del club allende nuestras fronteras, se ha visto en la necesidad de dar a conocer a quien pueda interesar,
aun a modo de teletipo, la parte sustancial del evento: los tiempos.
A la postre, es lo único que importa no?. Ya se sabe que no somos ni aspiramos a ser profesionales. Que nuestro único objetivo es practicar un deporte, hacer amigos o evadirnos. O todo a la vez. Pero lo cierto, a pesar de nuestra carga filantrópica, es que la mayoría pagamos por ir, pagamos por estar y pagamos a veces por llevarnos para inmortalizar algún recuerdo del mágico momento.
Luego cada uno, según su determinación, se enfrentará al crono. Descaradamente o de reojo y actuará en un sentido u otro; pero siempre condicionado por lo que él le diga.
Los tiempos, son en el deporte, ese oscuro objeto del deseo, que diría Buñuel. Y más si se trata del ciclismo. Incluso en las marchas que no dan tiempos, los participantes cuando finalizan, miran que tiempo han hecho.
Otras por el contrario siguen manteniendo los tiempos con el fín de no desnaturalizar el evento, asumiendo que puedan incitar a la competición y con ello a un mayor riesgo de accidentes.
El peligro no está en los tiempos, si no en el elevado número de participantes.
A pesar de su diáfana apariencia los tiempos en una marcha cicloturista no se establecen para competir, y por tanto, comparar, “rivales” tan heterogéneos como son en número de participantes. Cada ciclista tiene una motivación, una preparación y una condición diferente al de al lado. Muy al contrario, los tiempos son una referencia personal, el acicate que nos activa y nos impulsa a mejorar.
Como todos los números, los tiempos tienen un valor absoluto y un valor relativo. Conviene tener en cuenta a ambos a la hora de valorar un tiempo.
Menudo peñazo. Quería escribir sobre la marcha del domingo, y mira lo que me ha salido. No somos nada.
Bueno os habréis dado cuenta que estamos en plena temporada. La actualidad bulle en acontecimientos ciclistas y nosotros en el centro. Felicidades a los corredores por el Tour de Flandes, por la carrera de Mollet, por La Segarra, a los que preparan la Titan Desert, y a los que sencillamente, se preparan.
Nos vemos el domingo que viene a las 7:30 o el siguiente en Racons de la Conca.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

resultados de la marcha segarra-solsones,167km.CERVERA 2008:

1-Paco: 5:06 (cuarto en su categoria)
2-Kim(l'enfant terrible): a 15 minutos
3-jaume de Mataro: a 16 minutos
4-Joan Camps: a 31 minutos (3º en su categoria)"podio".
5-Jaume Porta: a 33 minutos
6-Jordi: a 45 min. aprox.(pinchazo en el km, 8)
7-Toni Tomas: fuera de control,(desconozco su tiempo)pero seguro que llegaste con dignidad.

15 de abril de 2008 14:45

Anónimo dijo...

como opinar es un acto libre, y yo respeto todas la opiniones,por estraño que parezca,;voy a dar mi opinion al respecto,que seguramente,casi nadie respetara:

las marchas cicloturistas cuanto mas se asemejen a una carrera,mejor. Toda esa tension,nervios,estrategias,competitividad,y motivacion..., eso es incomparable a un paseo de gordas,.aunque no me importa que las gordas a las que hago referencia,participen en todas las marchas, pero que respeten,y no critiquen,a los que vamos a dejarnos la piel para conseguir un buen tiempo,para ser mejor y mas fuerte cada dia.Digamos, que para mi, es una guerra,y yo un guerrero con mi espada(la flaca),afilada,para rebanar los cuellos que se pongan en mi camino.

y no olvideis, que la puta vida,no es mas que eso, una guerra en la que si no luchas,pereces....,(un momento)....pero si vamos a perecer de todas formas..., disfrutemos de lo que mas nos gusta,y a la mierda todo lo demas,que no nos gusta.

l'enfant terrible