domingo, 5 de agosto de 2007

Siempre nos quedará París

Domingo 29 de julio. Con la esperada y no menos sorprendente victoria de Contador, nos despedimos del Tour del 2007. Después del insultante reinado de Armstrong : no solo ha ganado 7 veces la carrera, algo irrepetible, sino que lo deja por aburrimiento ya que nadie ha sido capaz de apearle de la bicicleta, hemos pasado de un dominio acaparador y monopolizante, a una carrera abierta donde para mayor aliciente no gana ningún segundón con espolones, si no una joven promesa de 24 años. Siento que sea del Madrid.
Pero parece que ni los demarrajes de Contador ni la emocionante contrarreloj final quedarán para la posteridad como los momentos estelares de esta edición. Por desgracia muchos siguen empeñados en buscar lo noticiable del Tour en el positivo de Vinokourov o las sospechas de Rassmusen.
Si así lo quieren, de acuerdo, hablemos de dóping, la piedra filosofal; el néctar del que se nutren los ciclistas; esos gladiadores de la modernidad que habitan en el vértice de la pirámide atlética aupados a ella merced a una gran mentira, pues su fortaleza viene justificada por el consumo de sustancias prohibidas, sin las cuales, lo mismo que Sansón, perderían sus facultades haciendo imposible la consecución de sus fantásticas hazañas deportivas; pero recuerden que los dioses de este Olimpo: Armstrong, Indurain, Hinault, Merck, Anquetil y Coppi fueron tan imbatibles en la carretera como lo fueron en los laboratorios, en los estamentos y ante los poderes mediáticos.
En plena ofensiva contra el dopaje, ojo, en el ciclismo, al reguero de víctimas le sigue un séquito de carroñeros que haciendo gala a partes iguales de ignorancia y oportunismo, a la vez que desenmascaran a los transgresores, lo cuál es positivo para la sociedad, menosprecian y desvirtúan el mérito del 99% restante. Cosa muy perjudicial, en la misma escala de valores, para la sociedad y para este deporte.
Pero como la denuncia de uno o más casos concretos carece de valor más allá de la actualidad informativa, démosle empaque. Creemos un estado de alarma social esparciendo las sospechas a todo aquel que transite con un manillar y un culotte y con el científico argumento de que “Es imposible que puedan hacer 250 Kms con un bistec y un plato de spaghetti”, propongamos la abolición del ciclismo por corrupto y fraudulento.
Si quieren acorralar a los ciclistas pueden hacerlo, pero digan toda la verdad. Digan que con una meticulosa alimentacion, gran espiritu de sacrificio, y muchos años de esfuerzo traducidos en miles de horas de entrenamiento, es posible hacer 250 Km con seis puertos a media de 40. Digan que el cuerpo de un ciclista de elite es una máquina con unos parámetros físicos que permiten unas prestaciones comparativamente equiparables a las de un formula uno frente a un utilitario. Digan en fin, que un ciclista se prepara 24 horas sobre 24 y que un profesional, al contrario de otros ídolos, en su afán por cuidarse es posible que no haya pisado nunca una discoteca. Jueguen limpio. Relacionen el dopaje con la estafa deportiva más que con un delito aunque legalmente pueda serlo. Y remarquen que cuando alguien se dopa lo hace para aumentar en un pequeño tanto por ciento sus propias capacidades. No se puede hacer de un burro un caballo de carreras.
No justifico el dopaje. Como he dicho muchas veces al dóping hay que perseguirlo y hay que castigarlo; pero desde dentro, sin dramatismos ni hipocresías; teniendo en cuenta que hablamos de un deporte/espectáculo profesional sustentado por múltiples intereses donde muchos pueden ganar y solo uno puede perder: el corredor. Se trata de sancionar a los tramposos caiga quien caiga, pero no a cualquier precio, de cualquier manera ni con cualquier medio.
El ciclismo y la escrupulosa corrección de miles de ciclistas no se merecen este linchamiento.
Felices vacaciones!

sábado, 4 de agosto de 2007

Javier y Joan en el Tour

El Tour de Francia es algo mas que un simple evento deportivo, es un espectáculo mediatico que mueve cientos de millones cada año y que los aficionados no conocen “ salvo aquellos que hayan tenido la oportunidad de ver en directo una etapa del tour”.
Cada etapa mueve a miles de personas que abarrotan las cunetas de las carreteras en especial la de los grandes puertos de montaña y que se instalan algunos de ellos con sus tiendas o autocaravanas el dia anterior al paso de los corredores y en muchos casos se trasladan de un lugar a otro una vez ha finalizado la etapa.
Es increíble ver a la gente 6 u 8 horas antes de que pasen los corredores ya instalados con sus mesas de camping sus parasoles y jugando a las cartas o leyendo el periodico, eso si con la radio puesta para seguir en directo la etapa.
Ves banderas de todos los lugares del mundo es algo increíble.
Ves niños, abuelos, mujeres , señores y señoras muy obesos que tienen pinta de todo menos de deportistas, pero a todos ellos les une algo “ el espectáculo del Tour”.
Pero no penseis que solo son los ciclistas lo que importa porque en definitiva los ves unos segundos y apenas tienes tiempo de reconocerlos, pero la caravana si que es un espectáculo que vale la pena verlo.
Y si que se lo pregunten a nuestro amigo Joan que estabamos los dos como niños pequeños recogiendo del asfalto todos los regalos publicitarios que nos iban tirando, “ parecian los reyes magos en Navidad”
Para los mas curiosos aquí podran leer unos datos que avalan lo que digo.

Caravana publicitaria
La caravana del Tour de Francia es la historia de uno de los apoyos publicitarios más originales que existen. Su creación, en 1930, respondía a unas necesidades estrictamente financieras. El director de la prueba, Jacques Goddet, había decidido imponer la fórmula de equipos nacionales y de proporcionar bicicletas a los corredores, por lo que resultaba imperioso contar con ingresos importantes para esta ambiciosa reforma. Desde entonces, la caravana forma parte del espectáculo del Tour. Las marcas compiten en creatividad para sorprender a los espectadores, entre 12 y 15 millones, presentes al borde de la carretera.

La caravana en cifras
Un desfile de 20 kilómetros de largo
200 vehículos animados y decorados
43 marcas representadas cada año de media
15 millones de regalos distribuidos
45 minutos de espectáculo sin interrupción

En cuanto a nuestra visita a la etapa del Tour transcurrio por un itinerario de alta montaña con paisajes preciosos y carreteras ideales para practicar ciclismo
Salida desde Puigcerda, hacia el Coll de la Percha, los lagos de las Boulloises el lago de Matamale, para finalizar en el alto del port de Palhieres.
El regreso lo realizamos por Querigut, y el mismo itinerario de la ida, total 140 Km. con muchisimos metros de desnivel y la satisfaccion de haber visto en directo el mejor espectáculo ciclista del mundo.