Día de carnestoltes

Hoy hemos tenido un buen día. El invierno, tan pertinaz este año, parece que empieza a batirse en retirada ante la inminente llegada de la primavera; a nuestro paso, el viento lo anticipa, impregnando el paisaje con la flor y el olor de la mimosa.
Más aún por la ruta que marcaba el calendario por tierras del ventdelplà, Gualba, Breda, y final en la ermita de Riells del Montseny.
A la línea de salida nos hemos presentado, Kimet, Luis, Albert, Joan, J600, Cristóbal, y un servidor. El invitado de hoy: Jennie, creo, que ha pasado con nota, y por el camino se nos unirían Guillermo y David.
Pasado Argentona, Luis ha empezado a impacientarse y a pesar de que el ritmo que llevábamos no era nada malo, él ha lanzado su órdago para que fuésemos más rápidos aún, y ya nos tienes a todos persiguiendo por la carretera de Dosrius. Menos mal que estaba David, el único que hoy por hoy puede hacer que se calme Luigi Pantani que cada día está más fuerte . Me creo que ha estado dos semanas viajando y mal comiendo, pero lo de que no ha entrenado, ya no cuela…Para mi que hace rodillos en el avión cuando acaba de jugar con el Photoshop.
Bueno, el puerto de transición, a partir de hoy puerto de consolación, era El Bordoi en ambos sentidos. Y creo que ha cumplido perfectamente con su labor, ya que la gloria de los primeros puestos ha estado bastante repartida. Luis, Kimet, Paco a la ida, J600, Luis y Paco a la vuelta. Por descontado, dejando a parte a David que como se puede suponer ha coronado el primero con un pie en todos los altos. El está en otro nivel y de vez en cuando, cuando no tiene previsto machacarse, se deja caer con nosotros y nos marca un buen ritmo. Nunca viene mal una ayudita.
El puerto “estrella” hoy era la subida a Riells. Seis kilómetros no muy duros con un pequeño descanso a 1 km de la cima y una terrorífica rampa final.
He empezado marcando el ritmo de subida esperando la batalla que se avecinaba, y, cuando llevábamos un kilómetro, sorpresa, al primer apretón me he encontrado sólo con David y aún quedaba todo el puerto. ¿..? A partir de aquí me he dedicado a seguir la rueda sabiendo que si sacaba cincuenta metros sería difícil que me pillaran.
La ventaja de David es que su nivel le permite marcarte tu ritmo máximo; ni más, ni menos. Un ritmo al que puedes subir sin quedarte pero sin perder tiempo.
Visto lo visto, no creo que hoy la cosa hubiera cambiado mucho de no haber venido él. Eso sí, hubiera sufrido más, o quizás menos, porque he tenido que acompañarlo hasta arriba a pesar de que ya contaba con una buena distancia respecto a Luis. Lo cierto es que ya vendran días para desquitarse. Queda mucha temporada...
Seguidamente han llegado, J600, Kimet, Joan, Guillermo, Cristóbal y Alberto. De vuelta hemos conectado con nuestro invitado, parece que se había perdido, y con Xavi Moll que me ha traído a la memoria viejas batallas de otras épocas, cuando en el Bordoi hemos subido juntos durante un buen trecho. Que nostalgia!!!