Domingo 27 de mayo. Finalmente pudimos subir al Turó del’Home. Y es que la excursión, prevista para esta semana, se empezó a complicar cuando a las 6:30 del domingo, el móvil, que tengo la costumbre de dejar en la cabecera por si alguien se equivoca de número por lo menos no tenga encima que levantarme, registra un lacónico mensaje de Mengual: “se jodió”. Inmediatamente fui al balcón para comprobar que lo que se acababa de joder era la salida.
El suelo estaba mojado y el cielo, en lo que se veía, era todo un nubarrón. En décimas de segundo se cruzan por tu cabeza multitud de pensamientos. Cada uno de ellos moviéndose en un plano diferente, pero todos interconectados por el cabreo que provoca perderse la salida; sobretodo cuando es al Montseny. “Pues si” y “vaya putada”, fueron los siguiente mensajes que circularon a esas horas, esta vez en sentido contrario.
Seguidamente salieron con destino a los móviles de Joaquín y Joan sendos mensajes buscando la confraternidad en “la putada”.
“Si. Resignación”, respondió el móvil de un Joaquín no demasiado preocupado; él solo nos iba a acompañar hasta el Collsacreu.
El sonido que precedió a la respuesta de Joan, no fue un pitido, si no, una llamada en toda regla. Con música y todo.
Joan para no ir con rodeos, me comunicaba que aquello no era nada. Que él venía ya para la tienda y saldría solo o con quien estuviera allí. “A Joan lo ha echado de casa su mujer, como se le ocurre salir con la que va a caer?”, dije intentando dar un toque de humor ante la fiesta que en aquellas horas ya empezaba a ponerme en un aprieto. “Yo si que te voy a echar a ti” respondió Cristina solidarizándose con ella. No quise seguir indagando; nuestras mujeres son unas santas, pero no hay que abusar.
La determinación de Joan dio pié a una nueva batería de mensajes y llamadas: “Joan viene para aca”, “Yo esperaré a que se seque para salir”, “Si esperamos mucho no podremos ir al Turó”, “Esto parece que va a abrir. Quedamos a las 7:30?”, “Yo esperaré a que se seque”, “He quedado con Joan a las 7:30” , “Que os vaya bien”.
Este fue el prólogo que acompañó a la salida que felizmente culminé con Joan. La única inclemencia que soportamos fue una cerrada niebla en los tres últimos kilómetros del Turó. No se veía un pijo a 10 metros, pero era todo un espectáculo ver las fantasmagóricas figuras emergiendo entre la bruma con cara de sufrimiento en un lugar tan inhóspito y solitario.
Volviendo a casa, la caravana de coches en Sant Celoni nos anunciaba el paso de La Volta; nos hubiera ido de perlas que nos dejasen poner a cola de pelotón, pero nada, como de costumbre tuvimos que chuparnos todo el viento de cara hasta el Parpers.
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Saludos para los ciclistas en paro que se dieron cita el domingo anterior en el Turó: Toni, que subió los 25 Kms entrenando a pié. 2h 30’ un tiempazo que asusta, Marcos, Salva, Guillermo y señoras Laura, Pilar, Loli, Rosa y los niños.
Bienvenida a Mireia. Nuevo componente de la familia routier, y felicidades a sus padres Oscar y Eva.
Próxima salida:
Domingo 3: Ripoll - Andorra por Puymorens y Envalira
Lunes 4: Andorra - Ripoll por La Molina y Merolla. Salida a las 8:00 h
2 comentarios:
Paco, jo sabia que faria bon dia i que si em quedava a casa passaria un mal diumenge. La pujada al Turó de l’Home envoltat de boira és realment fantasmagòrica, però té l’avantatge que en no veus el pendent que tens al davant , només de tant en tant la silueta dels ciclistes de muntanya que anavem passant, i es fa menys dura que a ple sol contemplant la tortura que et resta per pujar. Jo m’ho vaig passar força bé.
Espero que aquest cap de setmana a Andorra disfruteu molt i ¡prudència a les baixades!
Joan Camps
Joan, estoy contigo. Fue una salida fantástica; buena temperatura, buen ritmo y buenos puertos. Te echaremos en falta en Andorra. A ver si el año que viene os animais. Pásetelo bien tu tambien estos dos dias.
Nos vemos
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