miércoles, 13 de abril de 2011

Salida 17 de abril


  Santa Fe - Collformic




Recorrido:
Premià, Bordoi, Sant Celoni, Santa Fe,
Viladrau, Seva, Collformic, Bordoi, Premià

Salida: 7:30


La emotiva carta de Jens Voigt
A Jens Voigt, el veterano ciclista alemán, se le recuerda por unas cuantas victorias, algunas de ellas de prestigio, y, en los últimos años, por una caída espectacular en el descenso de Boug-Saint-Maurice, en el Tour de Francia de 2009, de la que salió maltrecho. Gajes del oficio que le produjeron varias fracturas.

Voigt tiene casi 40 años y siempre ha sido un ciclista rocoso, un todoterreno, buen lugarteniente para cualquier jefe de filas. Un trabajador de la bicicleta que ha sabido ganarse el pan durante 14 temporadas.

Pero por lo que se ve, también es un tipo agradecido. El alemán debutó en la Vuelta al País Vasco en 1998, vistiendo los colores del equipo Gan y hace unos días cerró su participación en la que, seguramente, será la última carrera por tierras vascas.

Y con ese motivo ha enviado una carta de agradecimiento a la afición vasca, que le honra y que publica la web http://www.biciciclismo.com. "Va para todos los aficionados vascos, que siempre están ahí. Siento que he tenido una estrecha relación con los vascos durante los 14 años de mi carrera profesional. Tengo unos recuerdos muy buenos del País Vasco ya que algunos de mis mejores momentos han ocurrido en las colinas del País Vasco. Mi primera victoria como profesional fue en Vuelta al País Vasco en 1998. Yo lucía todavía el maillot azul y blanco del equipo Gan. Esta victoria cambió mi carrera profesional para siempre y para mejor", dice.

El alemán afirma: "Fue la primera vez que tuve la suerte de vivir la pasión y la equidad de los aficionados vascos. Fue un día frío y lluvioso, a pesar de ello muchos de ellos vieron en vivo el final de la etapa y un gran número de ellos se quedaron a la ceremonia del podio. Este fue el momento en el que empezó mi amor y respeto con el País Vasco y la gente que vive allí".

Dice Voigt: "Recuerdo también cuando tuve el maillot de mejor escalador en el Tour de Francia de 1998, pero solo por un día porque me caí dos veces en la primera etapa de los Pirineos. Casi no podía llegar a la meta y lo perdí, pero los aficionados vascos, una vez más, me apoyaron y me dieron ánimos hasta la meta. Las montañas estaban tapadas con sus banderas y sus camisetas de color naranja, típicas de la afición. Un mar rojo y verde y blanco de sus famosas banderas nacionales. Y si la afición vasca es famosa por algo, es por ser justa y animar a todo el mundo, incluso a los que se caen y apenas pueden aguantar más. No les importa. Te animan igual que seas el mejor ciclista del mundo y que si vas en el “grupito”. Realmente me gusta y lo agradezco".

Según el ciclista alemán, "a lo largo de mis 14 años como ciclista profesional siempre he visto a los aficionados vascos como los fans más apasionados y leales del ciclismo. A veces parece que están casi llorando "¡venga! ¡venga!" y "¡ánimo! ¡ánimo!" Nunca he tenido ningún problema. Siempre hay espacio para que los corredores puedan pasar. Nunca abuchean a nadie. Siempre justos y apasionados. Nunca he visto un aficionado vasco causar problemas ni bloquear la carretera, ni hacer tonterías. Sois unos fans llenos de pasión por este deporte, los fans más leales, más informados y más apasionados. Entendéis y apreciáis el trabajo duro que hacemos en nuestro deporte".

Y acaba: "Así que, después 14 años dando todo encima de la bici, sólo quería tomar un momento para decir: ¡¡¡Gracias, mis querido aficionados vascos!!! ¡¡¡Gracias de todo corazón por estar ahí y haber sido tan agradables y maravillosos conmigo durante mi carrera!!!".

Finaliza con un "Mila esker", mil gracias. A él también. Por el espectáculo, la lealtad y el sacrificio en un deporte tan duro y tan ingrato a veces como el ciclismo.

Jon Rivas - El Mundo.es

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